martes, 19 de noviembre de 2024

Ni querer ni poder

 

 

Es el dilema al que nos está sometiendo a todos un grupúsculo que, como Junts, interesa a la mínima parte de los catalanes, que reivindica derechos de estado, cuando ni siquiera saben cómo se ordena y a quiénes corresponde ejercer en democracia, cuando la debilidad obliga. Juntos por Cataluña, pero independentistas sin futuro, en una etapa en la que, a pesar de conseguir entrar en el Gobierno, solo persiguen lo posible para hacerle descarrilar, en medio de un ideario trasnochado y ramplón, con reminiscencia de pasados siglos, cuando el viudo Ríus hacía de las suyas entre huelgas y pasiones políticas, en una obra de ficción representativa de la época.


Como el perro del hortelano, que ni come ni deja comer, solo sirve para el incordio, pero dejando claro que van a seguir utilizando su franja de poder en el catalanismo solo para hacerse notar y servir a Puigdemont permaneciendo en Bruselas el tiempo que considere oportuno hasta hacerse indispensable, gracias al puñado de separatistas fanáticos que, ni pueden ni saben, convencernos de sus, para ellos, magníficas oportunidades que ofrecen, sin reconocer las mermas que sus siglas han venido soportando desde la irrupción de Illa en Cataluña. 

Todo lo acontecido en este país, desde que nos iniciáramos en el siglo XXI, no ha hecho sino confirmarle al mundo que, la mayoría de edad en democracia, no pasa todavía por los momentos de altura que podría suponérsele y tendremos que esperar más para que, entre todos, podamos diseñar el futuro que nos interesa. Si ese, entre todos, se nos pone tan cuesta arriba como parece, si las minorías, todavía arrinconadas, no logran superar, con ambición, pero sin exigencias, ese espacio al que las tienen por propia iniciativa desterradas, no haremos sino ahondar en divisiones perpetuas.   

De participar que el bipartidismo ya estaba superado, hemos pasado a una especie de regeneración en la que manda la derecha, con menos prejuicios y más indecencia, donde el dinero juega una baza importante, tanto que, el anhelo de muchos de los que no lo tienen, no dudan en cambiarse de bando, haciéndose a la idea de que ganarán más que atendiendo la línea (utópica) del progresismo sin salida.

En ese "impasse" nos encontramos, en mi opinión, y sin querer ser maximalista...

 


lunes, 18 de noviembre de 2024

Los tentáculos

 

 

Lo conocimos por películas de ficción, en las que seccionaban un tentáculo y daba igual porque la bestia lo recuperaba al tiempo que conseguía hacer más daño. Ahora vemos que también la corrupción se comporta de igual modo, para salvar a toda costa lo logrado por vía fraudulenta. El lavado de capitales funciona y lo hace con la soltura de quienes están ávidos por colaborar en la terminación del plan, aunque no hayan sido protagonistas principales. Eso hace pensar en, si cualquier operación del narcotráfico, no estará sustentada incluso por personas con credibilidad absoluta, en el mundo de la normalidad latente.

 

Nos cuentan los noticiarios que la operación de los muchos millones encontrados, emparedados en casas nobles, de agentes previamente condecorados, llevaba aparejada la constitución de empresas dignas a las que, posiblemente, Vd. o yo hayamos podido comprar artículos de primera necesidad, con el sello de garantía certificada. Una realidad que supera la ficción, en procedimientos que ya utilizaba la Camorra en sus mejores tiempos, y que ha sido reproducida infinidad de veces, sin sobresaltarnos, delante de la pantalla que los exhibe.


El narcotráfico se perfecciona y lo vemos con la naturalidad de quien se reafirma, una y otra vez, en la imposibilidad de poder atajar una corrupción, que galopa a sus anchas en cualquier parte del mundo y hasta nos hace sospechar si no estará integrada también en los chalecos de tan buenos servidores, como demandantes de más fortuna. Mientras sigamos haciéndolo en privado (reafirmando) difícilmente podremos alejar el hábito de nuestro alrededor, aún cuando no participemos directamente, pero podamos contribuir, sin saberlo, con toda una serie de prácticas puestas en marcha.

A medida que se indaga, que el juez instructor va tomando cartas en el asunto y rearmando todo el proceso iniciado, todo parece adaptarse a ese sentido fáctico de unos hechos que cobran naturaleza y que, de no corregirse a tiempo, terminan encumbrando en la Sociedad a esa serie de agentes encubiertos, como si de una organización no gubernamental, con benefactores en su interior, se tratara. Se me eriza el bello, solo con pensar en alguna de las que se dicen "sin ánimo de lucro", se pudiera estar traficando con todo ese género de práctica encubierta.

En adelante, cuando vaya a comprar la barra de pan, o el décimo de Lotería para el Sorteo de Navidad, repensaré acerca de la posibilidad de estar contribuyendo de manera pasiva, aunque igualmente fructífera, en todo un "affaire" compuesto. La fiera nos seguirá acechando, tras cualquier esquina. 

domingo, 17 de noviembre de 2024

Tomárselo a broma

 

 

Quizá sea lo mejor, para abordar todo lo que nos está pasando, sin que termine desbarrando la élite o sus contrarios, en sus apuestas por contradecirse, en función de lo que ambos piensan sobre lo que nos pasa a quienes vivimos debajo y con pocas expectativas de aproximarnos.

 

Recurrir a los chistes, hacerse el gracioso aunque no estés dotado para la gracia, podrían ser fórmulas válidas para esos momentos de bajón que nos hacen querer escapar de este mundo sin hacer ruido. Algo ganaríamos, desde luego, evadiéndonos de la crítica que nos subleva a cada rato, con manifestaciones impropias de quienes llevan la batuta y dirigen la orquesta desafinada que es incapaz de lograr el tres por dos o el tres por cuatro, los tresillos que, en lo musical, son la base de cualquier sinfonía.

 

Los instrumentos no pueden desafinar, cuando la orquesta se dispone a complacer a un público amante de la música, que entiende lo que tenían que dar de sí, cada uno, hasta lograr el resultado que el compositor hubiera trabajado con denuedo años atrás, pensando en la máxima expresión alcanzable con las notas debidamente alineadas.

Los damnificados de ahora no están para bromas, claro que no, pero tampoco para seguir esperando componendas que resuelvan lo que habría de ser inmediato y que, por la excesiva burocracia exigida, no termina de llegar en los plazos que ellos desean. Y hay que reconocer que, cuando todo se muestra en contra, no hay argumentarios que satisfagan plenamente y las tendencias a la desesperanza se superponen, a pesar de los voluntarismos que, menos mal, rebajan en parte la mala leche acumulada con motivo del... y tú más que no ha lugar, se mire por donde se mire.

Hay suficiente información de los miles y miles de servidores públicos, voluntarios venidos de muchos lugares, expertos concienciados en abordar soluciones... pero no estaría de más que, simultáneamente, se nos fueran anunciando también los efectos logrados a diario y las consecuencias positivas de su encomiable labor, contrarrestando los bulos y las sospechas de fraudes.

Los periodistas enviados están realizando una labor importante que no ha de decaer, por mucho que las fotos que envían sigan siendo demoledoras. Personalmente, la cifra de las más de 75.000 toneladas de basura recogida y los esqueletos de vehículos apartados, me puede dar idea de los trabajos realizados con éxito, pero me gustaría ver reflejados en los rostros valencianos, un semblante que también nos diera idea de que, incluso ellos mismos, son conscientes de que lo que queda no puede ser obstáculo para su desmotivación y decaimiento. Aquí nada puede tomarse a broma.

miércoles, 1 de mayo de 2024

Amor al riesgo

 

 

Ese que tanto nos asusta a los pusilánimes, ante cualquier ruido inusual, o enfrentamiento, a todas esas personas de "orden" puestas por el establishment para vigilar el suyo. Es el que parece alentar a muchos estudiantes norteamericanos, frente a tanto genocidio armado, en otra punta del globo, donde algunos siguen dispuestos a llegar hasta un final de catarsis, sin que medie la más mínima compasión hacia quienes no tienen culpa salvo la de haber nacido de padres extremistas.


Extremistas de ambos lados de un territorio donde no se ha vivido nunca en paz, donde siempre se convivió con la guerra larvada, donde algunos se dedicaron a robar las tierras, para sobre ellas edificar futuros aislados y prósperos, aunque carentes de esa otra paz, la interior, que todos siempre hemos deseado y ellos, de seguir así, nunca gozarán al completo.


Blinken persigue la paz, pero le va a ser difícil, frente a su más obstinado competidor israelí, que no quiere dar por finalizado el castigo, sin dejar claro quién manda sobre todas las cosas, sobre todos los propósitos, sobre las ideas y lo que es más importante, sobre las personas, que tienen el mismo alma que sus invasores de vida, pero de distinta especie.

Riesgo ahora el de todos los que suspiran por la paz, pero no encuentran el medio de conseguirla, sin perder una mínima autoestima.