domingo, 6 de julio de 2025

Las mil caras

 

 

Cuando se trata de vender, la estrategia del "comercial" consiste en parecer más que en ser, algo que, según como seas, puede perjudicar al negocio que desarrolles. Lo primero ganar de algún modo al comprador que, aunque vaya buscando algo determinado, puede terminar adquiriendo lo que tú quieras, osea, lo que más te interese particularmente a ti.

 

En política estamos hartos de ver cómo te venden cosas continuamente, aunque esas mismas cosas cambien completamente de interés cuando convenga el momento y haya que variar de oferta. Solo hay que recurrir a las hemerotecas para comprobar cómo lo dicho, no hace años, sino simplemente en días anteriores, desdice aquello en lo que basabas tu honestidad como culmen del procedimiento. Todo al tratar de justificar lo mucho que vale lo último sobre lo anterior y lo bien que quedas ante un respetable que solo está pendiente de tu ascenso.

 

Los cónclaves políticos sirven para afianzar la siguiente estrategia con las personas que conviene situar en los puestos más relevantes. Que se cumplan después las expectativas, es parte de lo relativo que habrá que ir modificando. para estar a la altura de las circunstancias en cada momento. 

La necesidad de mantener caras de repuesto, para cada momento álgido, nos lleva a tener que considerar si los productos ofertados son en realidad los que necesitamos o convienen a otra realidad bien diferente, la de colocarse en la mejor posición para, desde ella, dar el salto a un estrellato que muy pocos desean, de no estar dentro de la "movida".

Si se dan los tiempos en que nadie logra posiciones aceptables, que todos figuran en las encuestas con notas por debajo del mínimo admisible, habremos de ser nosotros los que decidamos, en última instancia, lo que haya de hacerse por el bien de nuestros intereses y no de los suyos.     

No cabe ya mayor desinterés, salvo que coincida con tu fanática respuesta, cuando ninguna de las caras se corresponde con lo que puedas andar buscando. 

viernes, 4 de julio de 2025

En cuestión

 

 

Osea, cuestionar lo que se ponga por delante, es la mejor práctica que podamos inferir de lo que esté pasando, tanto a nivel personal como público. Así, si en algún momento nos llegó a seducir alguien por su carisma, por su forma de expresarse, o simplemente por sus modos, no estaría de más rehacer nuestras conclusiones, si es que queremos seguir siendo proactivos y no abandonarnos a la desidia y entrar en el bucle de la inoportunidad de aislarnos.

 

Los militantes socialistas, por el hecho de serlo, se están viendo más comprometidos y por ello deben de ser más sagaces con lo que les llegue y tengan que asimilar en breve espacio de tiempo. La formación piramidal de la que dependen, con un sustrato en el que todo pasa por la cúspide, aunque hubiera habido demasiada laxitud entre el grupo dominante, ha tenido mucho relajo con los distintos comportamientos, ahora señalados, y será difícil hacer tabla rasa para devolver la confianza, confiando en que cada cual sepa qué hacer y a qué dedicar su nuevo trabajo.

 

Si admitimos que en cualquier organización, formada por personas, hay siempre quienes aprovechan la ocasión para intentar medrar a costa de los otros, lo suyo sería que acometiéramos los nuevos tiempos con la decisión de quererlos aupar por el camino que ya, desde fuera, se nos está señalando como el más virtuoso posible, rebajando la calidad que entendíamos ya conseguida y que no ha sido precisamente así.


Salir a los medios a rechistar, aprovechar la ocasión para sacar la artillería con la que destruir lo poco que quede, no parece que sea la fórmula ideal en estos momentos en los que dependes de minorías que también cuentan con problemas de fondo y que también dependen de tu mejor hacer para subsistir.

Cuando hoy se reúnan los mandos y se confiesen los problemas de fondo creados, tendrán que pensar si le van a dejar espacio a las bases para que pronuncien también sus quejas, respecto al trato que se las da y la consideración que en las alturas se tiene de ella, más allá de convocarlas para los mítines.

Toda reestructuración pasa por atender primero a lo más necesitado y son ellas, las bases, las que más lo están en este momento, ante la falta de "cariño" que se les ha mostrado.       

Camaradas

 

 

Tres eran tres, y no hablamos de las hijas de Elena, aquella famosa Serie televisiva, sino de los tres empresarios citados hoy a declarar por el TS. La imagen facilitada nos muestra a dos de ellos con semblante despreocupado y al tercero sí, más bien con mirada baja y señal inequívoca de preocupación, al menos hasta ver en qué queda el paso por tan alto tribunal, en asunto de tan poca importancia para quien esté acostumbrado a pactos en los negocios.

 

Si acaso fuera tan importante y significativo ponerse delante de un juez, para señalarse con lo que siempre fue una práctica menos onerosa de lo que parece, esas tres caras no relucirían resplandecientes, sabiendo que no hay nada que pueda enturbiar sus conciencias, después de haberle hecho ganar a sus respectivas empresas suculentos beneficios, que para conciencias son pocos los negocios que sean capaces de llevar a término el tener que pensar en suicidio. Escasas las ocasiones y escasos los asuntos, salvo aquél todavía inexplicado escándalo financiero en el Vaticano.

Son los grandes censores de los negocios privados, los que suelen callar ante intervenciones programadas, en el curso de adjudicaciones de obra pública que, también a pequeña escala, funcionan por doquier a la hora de iniciar acometidas con presupuestos fraccionados. En las relaciones habituales con Ayuntamientos, a decir de pequeños talleres incluso, es fácil tener que anteponerse económicamente, si te quieres hacer con algún servicio habitual que te asegure un tránsito por sus instalaciones, como colaborador de confianza. Así se entiende la relación público-privada en negocios simples, de los que nadie parece querer preocuparse.

Con todo ese panorama, ¿puede alguien siquiera pensar que, estos tres buenos hombres de negocios, vayan a verse salpicados, en algún momento, por aquello de lo que ni siquiera serán preguntados? 

Mientras, las defensas eligen sus distintas acciones tendentes al borrado sistémico de lo que ya nos parecía sistémico, mucho antes de producirse...