El nuevo Papa está listo ya para la faena. Sin duda el acontecimiento del día para la cristiandad pero no solo, ya que decir que la Iglesia se circunscribe a su ideología es demasiado decir. La vocación de la persona se verá ampliamente superada por todo lo que le supondrá esa gestión que no sólo radica en el dogma.
Posiblemente se encuentre ahora en su momento dulce, aunque en muy poco tiempo se le irán presentando, uno tras otro, esos problemas que quedaron un poco apartados, sin que Francisco pudiera dejarlos medianamente resueltos.
Lo iremos viendo y no tardaremos en hacerlo (se sea o no católico) hasta que se imponga una definición acorde a las situaciones globales que se están dando en el mundo.
Le deseamos lo mejor, pero primero de todo que efectivamente le coja el testigo a la. herencia de un antecesor que, aunque no consiguiera su objetivo, se enfiló hacia él con decisión.
La Iglesia podría contar para hallar soluciones pero antes tiene que resolver enormes dificultades internas. Los agnósticos estamos expectantes.