viernes, 4 de julio de 2025

Camaradas

 

 

Tres eran tres, y no hablamos de las hijas de Elena, aquella famosa Serie televisiva, sino de los tres empresarios citados hoy a declarar por el TS. La imagen facilitada nos muestra a dos de ellos con semblante despreocupado y al tercero sí, más bien con mirada baja y señal inequívoca de preocupación, al menos hasta ver en qué queda el paso por tan alto tribunal, en asunto de tan poca importancia para quien esté acostumbrado a pactos en los negocios.

 

Si acaso fuera tan importante y significativo ponerse delante de un juez, para señalarse con lo que siempre fue una práctica menos onerosa de lo que parece, esas tres caras no relucirían resplandecientes, sabiendo que no hay nada que pueda enturbiar sus conciencias, después de haberle hecho ganar a sus respectivas empresas suculentos beneficios, que para conciencias son pocos los negocios que sean capaces de llevar a término el tener que pensar en suicidio. Escasas las ocasiones y escasos los asuntos, salvo aquél todavía inexplicado escándalo financiero en el Vaticano.

Son los grandes censores de los negocios privados, los que suelen callar ante intervenciones programadas, en el curso de adjudicaciones de obra pública que, también a pequeña escala, funcionan por doquier a la hora de iniciar acometidas con presupuestos fraccionados. En las relaciones habituales con Ayuntamientos, a decir de pequeños talleres incluso, es fácil tener que anteponerse económicamente, si te quieres hacer con algún servicio habitual que te asegure un tránsito por sus instalaciones, como colaborador de confianza. Así se entiende la relación público-privada en negocios simples, de los que nadie parece querer preocuparse.

Con todo ese panorama, ¿puede alguien siquiera pensar que, estos tres buenos hombres de negocios, vayan a verse salpicados, en algún momento, por aquello de lo que ni siquiera serán preguntados? 

Mientras, las defensas eligen sus distintas acciones tendentes al borrado sistémico de lo que ya nos parecía sistémico, mucho antes de producirse... 

   

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