Qué fácil puede llegar a ser adoptar acuerdos entre amigos, sin intereses cruzados y dispuestos, unilateralmente, a deshacerse de sus enemigos con un simple estrechamiento de manos. Lograr al final una Paz que interese, mucho más a los unos que a los otros, imponiendo criterios que, sí o sí, han de llevarse a cabo, podría resultar incluso el bien que se necesita para recuperar una pizca de credibilidad entre los suyos, entre tanta impudicia manifiesta.
¿Qué será lo siguiente? Seguramente iniciar los negocios que ya tuvieran en mente desde un principio, costeados en parte por toda una serie de elementos propicios para llevarlos a cabo. Así, de esa manera tan propiciatoria, resuelta a disipar las múltiples dudas que Israel ha venido sembrando, desde que se alzara con el poder la ultraderecha, Netanyahu y Trump pueden pasar de villanos a casi héroes, paralizando una guerra que viene suponiendo tantos gastos que podrían colapsar unas economías resentidas.
Del lado opuesto y sin poder objetar lo más mínimo, no queda otra que rendirse, entregar las armas y replegarse a lugares donde les dejen estar, siempre vigilados, olvidándose para siempre de aquellos en los que vivieron soñando un futuro mejor para sus hijos, ya que ellos mismos hipotecaron el suyo de por vida. Esos niños que ahora pululan por la ciudad reducida a escombros, ¿qué será de ellos? ¿quienes se van a ocupar de sus destinos?, ¿qué confianza tendrán en que sean sus propios victimarios quienes diseñen desde el cómo nutrir sus cuerpos a potenciar sus almas?. Todas esas que caminen huérfanas, sin rumbo determinado, sin encontrar refugio no ya de unas bombas, sino perseguidas por el constante suplicio de no poder rehacerse como hubieran querido, no tendrán que aceptar, porque les viene impuesto, soluciones más gratas que las de ver salir el sol y poder guardar las pequeñas cosas que todavía les puedan ser útiles.
La amistad de esos dos grandes líderes, embaucadores ilustres, sobrevivirá por muchos años, los suficientes para continuar haciendo negocios...
No hay comentarios:
Publicar un comentario