viernes, 10 de octubre de 2025

Empoderamiento

 

 

Ya nos va pareciendo imparable, lo que la mujer se está ejercitando, en casi todas las partes del mundo, sobre todo respecto a lo que la compete, y mucho nos tememos (dicho en términos favorables) que sus enemigos machistas tengan que replegarse, hasta que aparezcan desgastes.

 

Dentro de su género hay muchos inconvenientes, por supuesto, empezando por ellas mismas, con un componente ideológico dispuesto a ofrecer, todo lo posible, en el manejo de estructuras arcaicas desde sectores ultraconservadores, que todavía funcionan en ese mundo global que se resiste a evolucionar.

 

Que estén apareciendo estrategias enfocadas a ellos, no nos debe de sorprender, ya que el inmovilismo social, que funciona a base de normas rígidas, se sostiene gracias a instituciones, como las religiosas, que temen perder adeptos a base de hacer concesiones a lo progresista, además de querer intervenir en cuestiones políticas que puedan favorecer su implantación. Así, cualquier movimiento hacia adelante es tomado como ofensivo, teniendo que recurrir a la norma antigua como fórmula equivocamente renovada cuando lo que se pretende es mantenerla viva.

El político que siempre esté sopesando sobresalir, deberá encontrar, entre la supuesta mayoría, los apoyos necesarios para hacerse notar en esa sociedad que todavía no ha encontrado el modo ideal de seguir adelante en justicia social distributiva. Para ello cuenta con empresarios, fuerzas represoras o elementos marginales que siempre van a estar en contra de lo que dicte un gobierno de progreso que pueda atentar contra sus intereses.

Hasta que llegue el momento de acudir a las urnas y tener que retratarse, los ciudadanos quedarán expectantes, observando cómo son los movimientos y en qué medida se van dispersando entre los intereses de clase, que vuelven a quedar visibles, susceptibles de mejora.

Las mujeres, hoy más que nunca, serán la clave de la movilidad futura.   

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